Dicen que los muertos no se levantan
pues yo me levanto.
Sangre reseca que chorrea con descaro
aliento hediondo, sucio ,como las alcantarillas del Narog
con un pañuelo que da asco el ojo vació me tapo
con el otro miro con odio incontrolado
áspera la hierba, áspero el árbol
cosquillas hasta hacen los gusanos
que en mis entrañas se han arremolinado
espada rota en mano, armadura abierta
dejan mis heridas respirar algo de animo
todas y cada una con los dedos me repaso
dolor promulgan bajo cánticos desesperados
nadie sabe cuanto placer hallo asesinando
el campo aun esta fresco, algunos vivos cansados
los restos de hoja a uno en el pescuezo le clavo
muere su alma pero mi odio me sigue matando
a otro la traquea le desgarro, todos huyen de mi lado
por su vida temen y no les culpó ningún hado
tampoco les ayudo
cuando sus rostros por mis manos quedaron destrozados
jadeos incesantes para unos pulmones que no he recuperado
la luna ciega es testigo de lo atroz de mis actos
¿pero sabes una cosa? Y es que he resucitado
eso aún nadie me lo ha quitado
miércoles, 4 de mayo de 2011
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