sábado, 16 de abril de 2011
Un rato entre mis pensamientos
Gracias a esto no confundo la felicidad, ese ideal que todos buscan y que la mayoría identifican con poder, y riqueza sin igual, para algunos sencillamente vale prestigio, pero siempre he pensado que eso es porque no tienen conciencia de aquello que son, nunca han escuchado a su yo interior. No es que yo sepa lo que es la felicidad, por desgracia esta algo lejos y muchos gustan de venir a joderla en el momento perfecto.
De demagogos esta lleno el mundo y siempre vendrán a darte su visión de lo que para ellos debería ser todo, pero como que mi corazón todavía esta en mi pecho, ninguna estará jamas enteramente en lo cierto, te hablaran de hechos pero hasta ellos suelen ser maquillados con más o menos acierto y buscar la verdad entre tanto montón de estiércol esa quizás deba ser tu misión, la de tener opinión, mientras que a veces la mía es soltar palabras sin control.
Te lo dice uno que firma casi orbitando alrededor del sol.
viernes, 15 de abril de 2011
Tormento
Cuantas veces has hablado de pasión,
Cuantas he leído tus labios jurándome amor
Demasiadas palabras que se dicen con la boca
Y no con el corazón.
¿Como me puedes perjurar un amor de por vida
Cuando ahora te vas?
Resumes una vida en pocos años
El defecto de todo ser humano
El mío el de no creer en tus sentimientos gritados
Que al final a mi pesar se ha confirmado
Y ahora nada queda para mi
Salvo volver a sufrir
La tristeza ya me llama otra vez
Es amarga pero de tanto saborearla
A veces hasta algo dulce resalta
Espinas siento a mi alrededor
Hieren y me hacen sangrar
Hasta dejar sobre mi cara el lívido mortal
Buscabas verme destrozado, sangrando por el pecho
Y las manos
Con la armadura echa pedazos
Apoyado sobre la empuñadura de mi hoja rota
Arrodillado
Cicatrices a bases de remiendos
Que no muy bien se cerraron
Ojos vidriosos de un muerto caminado
Perdí la cabeza y la razón del ser humano
Y un monstruo de tormento se ha creado
Que desde hace mucho navega con rumbo ermitaño
Tratando de olvidar tus ojos en mis aledaños
Tus manos mi cuello rodeando
Tus dulces labios mi boca besando
Tu calor cada vez que me estas abrazando
Tratando de olvidar lo que ahora otro
Me esta robando.
El caso es que olvidar parece que no puedo
Y algún día todo esto me terminara matando
Rebuscaran quizás entre mis restos
Solo para encontrar
Un “te quiero” enquistado entre la piel y el hueso
jueves, 14 de abril de 2011
En nuestra basura
Pero es que ya me duele hasta el corazón de acero
Veo que cada día se invierten miles de euros
Se inverten en ridiculeces sin sieso
Que dinero le hace falta a nuestro rey
A nuestra iglesia
O a políticos para viajar en primera
Todos los días veo una cara nueva,
Una cara ajena
Con una historia que ahora parece una tragicomedia
su dignidad pisada y maltratada
o simplemente de eso ya no le queda nada
Rebuscan en nuestra basura
En nuestra mierda
Tratando de sacar alguna migaja buena
Sus ojos siempre te evitan
Parece que así su figura queda confundida
Pero tú si que los ves y los miras,
intentas descifrar lo que pasa en su vida
y solo ves tristeza e ira reprimida
Un día un amigo versado me dijo,
“Pero paro siempre a habido
No es ese el problema”
Yo no se donde está el problema
Solo se que antes las familias comían
Y ahora no
Solo se que un hombre no busca en tu basura por amor
Solo se que si le ofreces un trabajo dignamente remunerado
Podrá comer y bajo su propio techo guarecer
Yo lo único que veo de verdad es dinero malgastado
Enormes cifras y coches para los señores trajeados
Pero todos nos hacemos los ciegos
Pensamos
Que mientras tengamos para lo nuestro
Que mas da el resto
Y es que es más fácil evitar el problema que atajarlo
Suerte tendremos de no ser el día de mañana alguno de ellos.
jueves, 17 de marzo de 2011
Capitulo1 : El parque
Aceptar aquel pacto... aún no se si hice lo correcto, aún no se si debería haber malvivido alcohólico hasta que algún día alguien irrumpiera en mi ratonera para encontrarse un cadáver frío y maloliente, a pesar de todo soy consciente de que muchos darían su alma por estar en mi lugar, por saber lo que yo sé, por sentir lo que siento e incluso por hacer lo que hago. Desde luego, no todo el mundo tiene la certeza de que hay un ser superior, un ser que desde las sombras mueve nuestros hilos, es extraño... porque yo nunca creí en religión alguna y aunque equivocadas no dejan de tener algo de razón.
Un objetivo, construir un futuro mejor para todos, a costa, claro está, de podar, de amputar lo podrido, de enderezar la ya torcida humanidad, idílico a la par que cruel sin duda y se supone que soy el que hace de todo esto una realidad. Lo peor es que deja a mi libre albedrío las decisiones, a veces lo noto entrar entre mis pensamientos como una larva escarbando las profundidades e imprimiendo en ellos ideas, lugares, personas, pero yo decido lo que merecen, a pocos perdono la vida y a los que dejo por el camino terminan poco menos que en una celda de paredes acolchadas, quizás por eso fui yo y no otro, quizás por eso me dejó que me hundiera en el lodo para luego rescatarme, a su manera por supuesto. Demasiados pensamientos y dudas para alguien que ya no es humano, que no debería sentir como tal, ni siquiera pensar como uno de ellos.
El sol lucía pleno en el parque, los niños jugaban dando rienda suelta a su inocencia, entre columpios y resbaladeras bajo el despejado cielo primaveral. Mientras en un apartado banco de madera, un hombre trajeado con los brazos entrelazados los observaba con una ligera sonrisa a través de sus gafas ray-ban aviator, tranquilo, disfrutando del bullicio, de las carcajadas y juegos que impregnaban el ambiente como un dulce perfume, por su mente pasaron fugaces recuerdos que en otro tiempo lo habían martirizado, hasta casi la misma muerte en vida, ahora vivía en un duerme vela y los recuerdos no podían herir a un corazón que ya no palpitaba.
-¿Perdone, está ocupado?- dijo una mujer anciana señalando a un lado del banco.
-En absoluto siéntese – le tendió el hombre la mano con amabilidad y una sonrisa resplandeciente en el rostro.
-Hacía diez años que no la veía, era muy probable que no lo reconociera, él había cambiado demasiado desde la última vez.
-Es usted muy amable- su voz dejaba entrever el cansancio de una vida demasiado pesada y dura.
-La mujer tomó asiento con absoluta paciencia, respirando con cierta dificultad.
-¿Se encuentra bien? –preguntó a la señora a través de sus cristales de espejo, como si no supiera nada, como si pudiera cambiar algo.
-No, no se preocupe, solo me encuentro un poco fatigada- le dedico una hermosa sonrisa- ya sabe usted lo que pasa a ciertas edades.
-Hoy hace un día espléndido, verá como se recupera en un santiamén- dijo el hombre observando casi directamente hacia el sol.
-Por supuesto- le respondió tras los cabellos plateados.
Callaron durante unos minutos observando juntos a unos pequeños que correteaban gritando escandalizados, todos huían de uno como si este tuviera la lepra. La anciana entonces tomo el brazo del hombre y recostó la cabeza sobre su hombro, después de todo quizás si lo había reconocido.
-Jorel, creí que habías muerto, estoy tan feliz de verte, de ver que estás bien.- dijo ella con voz queda.
Un balón de fútbol quebró por un momento las palabras de la anciana, el hombre la detuvo con la mano libre en el aire, cuidando que no le diera a ninguno de los dos, lo hizo de forma que casi su cuerpo no se inmuto, no quería que la mujer se asustara ni sofocara y desde luego parecía haberlo conseguido, seguía abrazada, con la cabeza echada en su hombro.
-Perdone, perdone, lo siento mucho- un renacuajo entro en escena, los mocos le colgaban secos de la nariz.- se le ha escapado el balón a aquel tonto de allí - dijo acusando con el dedo a otro chico rojo de la vergüenza.
-No te preocupes – esbozo su última sonrisa del día, mientras le arrimaba la pelota al chico.
-Es increíble como la ha atrapado ¿sabe?- dijo el chiquillo mientras se acercaba- -¡Ops¡ La señora, está dormida, menos mal que no la hemos despertado.
Jorel observó el rostro surcado por las arrugas.
-Si, está muy cansada y tiene que descansar un poco, así que id más lejos a jugar ¿de acuerdo?
-¡Entendido, no molestaremos! – el pequeño agarro el balón entre las manos y desapareció como alma que lleva el diablo.
Jorel le tomó una mano inerte a la anciana enredando sus dedos entre los de ella buscándole las últimas briznas de calor, luego la besó en la frente con dulzura.
-Me gustaría poder decirte que nos volveremos a ver, allí en el otro lado, pero ese lugar ya no es para mí, ojalá todo hubiera sido diferente, ojalá yo hubiera sido diferente... siempre te querré madre – casi incrédulo sintió como se le deslizaba una lagrima por debajo de los cristales de las gafas. Siempre creyó que los monstruos no podían llorar.
martes, 1 de febrero de 2011
Bailando los sueños
Atraviesa el mar como tímida niebla de la mañana, formando remolinos de tiempo en las crestas espumosas de las olas, martillando incandescentes memorias, amortiguando la caída en el maduro parqué, antesala apartada de la inquisitiva vista del mundo, lasciva, revulsiva de la vida que se le antoja a este ser demasiado caótica, se muerde el labio inferior, sabe amargo, posa su mano sobre la visera de su colorida gorra y desata su cuerpo cuando la hace virar hacia atrás, ve sin ojos las costas del destierro, sus músculos se tensan como el acero tomando solo forma a golpes de ritmos de ochos, aparta el destino de un movimiento cortado hacia la nada, en su corazón se vierte el gozo hasta que se desborda y desparrama por su ánima, la música lo sigue modelando, mezclándose con el viento, que , a ratos de un movimiento destroza, a ratos mece lánguido, pausado, sus zapatillas chillan enloquecidas al rasgar el suelo y desarmar a la orgullosa gravedad, engranajes de dientes de marfil son sus huesos, que lo hacen navegar seguro por los contornos de las notas, una tras de otra, hasta que todas se agotan.
Asoma el sol bostezando con ojos de recién levantado, la música muere, y el ente sonríe y llora, ha logrado dibujar la melodía. Amasijos de acero y fuego, gritos afuera, lejanos como ecos, los relucientes faros de frente, su cuerpo insensible y acartonado, ha de despertar, la realidad lo azota con un crudo cuero erizado y oye las ruedas de su silla girar, pero aún no se quiere despertar