domingo, 1 de mayo de 2011

Amigo no, hermano

Iba a llenar esta entrada de retorica y de florituras, pero la verdad es que no puedo. Y no puedo por que me voy a referir a alguien muy importante en mi vida y quiero ser todo lo sincero que se puede ser.

No pondré tu nombre pero sabes quien eres.

Hay personas en el mundo que se pueden contar con los dedos de una mano y te sobran cuatro y tu eres una de ellas, de esas que cuando el mundo se te derrumba a los pies está allí al lado, a veces sin decir nada, porque para algunas cosas no hay palabras, un pilar fuerte cuando los demás se hacen arena, aunque a veces creas que eres débil eres muy fuerte amigo, más que yo.

A veces aparento estar por encima de todo y que todo lo que me rodea me da igual, incluso a veces he llegado a pensar que en cierto modo me admirabas en algunos aspectos, pero con el paso del tiempo me has ido conociendo y has sabido ver como soy de verdad y a pesar de que algunas cosas que hago no tengan lógica, allí estas, poniéndome una mano en el hombro en el momento preciso y dispuesto a entenderme y escucharme, es entonces cuando yo te admiro a ti, por tu personalidad y por que estas por sobre todas las dificultades, nunca dejas a nadie atrás.

Cuantas noches hemos pasado bebiendo hasta caer en muy mal estado, cuantos “toma de la finca” hemos petado, sabes que mi “codo de nigga” hace estragos en la cara de “gayumbo man”, cuantas noches sin rumbo con el coche nos hemos echado a la espalda solo por sentir el viento y tenerle tanta envidia de ser tan libre, tan despreocupado y sobre todo cuanto tu y yo hemos hablado de sueños, de futuro y también de pasado.
Por eso llega un momento en que la palabra amigo carece de significado suficiente y pasas a ser un hermano.

La vida es caprichosa y vete a saber donde terminamos ambos (todavía aunque no te lo creas sigo considerando Suecia, aunque el tiempo se me está echando encima) pero solo quiero que sepas que siempre voy a estar tanto para las risas como para los llantos(salvando mariconadas en XD) igual que siempre he estado para todo el mundo que me ha demostrado algo, pero sobre todo para un hermano y para ti que estas “aqui” (dos dedos sobre la sien y mirada profunda, jeje)

seguiría diciéndote cosas, pero algunas no se pueden contar, y además se me esta enfriando el Capuccino Vienés.

Un abrazo hermano.

viernes, 29 de abril de 2011

Zanarkand




Había una vez un sueño,

Nació perdido, sin un soñador en ningún sitio.
Sólo, paseo por las ruinas de la ciudad, queriendo que alguien lo soñara, queriendo que alguien lo alimentara y lo cobijara en un rincón de su mente desesperada. Sabia lo que era un sueño sin soñador, no más que una madeja de sentimientos sin trovador, pero el no se rindió, rebusco entre escombros alguien capaz de albergar un sueño como él, lleno de valentía y pasión, y vaya que si lo intento puede decirse que hasta el mismo sueño, soñó.

Soñó con sueños que se circunscriben en busca de alguien capaz de realizar una hazaña mayor, un disco que gira constante, sin tras ni rasante, que podía seguir buscando incansable, en un paisaje desolador donde otros sueños ascuas se hicieron, el continuo y dicen que lo hizo porque su sueño lo empujo.

Y que de sueños el mismo se alimentó, así que soñando siguió.
Hasta que un día alguien que lo soñara encontró y entonces dudó entre el soñador o el sueño que lo alimentó, tras una pausa de su corazón, descubrió que ya no podía volver a ser sueño, no podía pertenecer a una mente, pues una vez lo soñara se convertiría en un pasaje sin valor y moriría más solo de lo que empezó, ¿porque ahora y no antes dejo su búsqueda incansable? Tan simple como que el sueño se transformo en soñador

¿Imposible quizás?,
No al menos en mi ciudad
No al menos en Zanarkand

miércoles, 27 de abril de 2011

Helado, tabaco y ron

No hay nada peor que mezclar helado, tabaco y Ron

en un día que se pasa como un precioso lamento sin son

que duerme en el aire, que duerme en mi corazón

que duerme en una nube de algodón

nubes sin prisa, nubes sin risa

nubes que en este día son mi delicia

nubes sobre las que me acostaría

nubes que me bebería

aunque de blancas hoy no las vestirá

no al menos en este día

no al menos mientras esta mi vida dormida.

domingo, 24 de abril de 2011

Cuatro de la mañana




Cuatro de la mañana.
El coche te ha llevado a algún lugar del que no sabes ni el nombre, como única compañía la música que truena de los altavoces.

El humo del cigarro se te escapa por los ollares, ni si quiera piensas que haces con un pitillo colgando de los dedos cuando nunca antes fumaste, pero parece delicioso ver quemar todos tus pesares.

Una botella de whisky desangrada a tus pies yace lamentándose, la observas desde el asiento, en silencio. Tus venas aún recuerdan como sabe.

Escuchas en la lejanía a tu inspiración gritando cosas que no puedes traducir y que solo tu corazón parece intuir, pero apatía y monotonía es lo único que él te sabe transmitir.

Oíste fuera en el frío a la mar crujir, así que sencillamente decides salir.

Hasta la orilla tus pies llevaste, mientras tus sesos no hacen más que preguntarte como demonios allí llegaste, en medio de una noche en la que el viento no deja de azotarte. Gritas contra el mundo no una sino varias son las veces que lo haces.
La arena se traga todo lo que en su contra tienes, descargas rabia y lagrimas hasta cansarte, la vida no sonríe a los navegantes que contracorriente fuertes se hacen.

¿Esperabas a caso clemencia pirata de mar errante cuando no hay sitio para ti en ninguna parte?

No la esperabas por eso miras la tierra desafiante, eres el vaivén de las olas, sal que de sus crestas nace, el viento que a veces acaricia a veces golpea incesante.

Por eso te levantas, por eso sigues adelante, por eso vuelves sobre tus andares y dejas a la orilla sola echando de menos cuando entre sus aguas navegaste.

viernes, 22 de abril de 2011

Hombre de hojalata

Aún dormido permanezco pegado a unas sábanas
en las que me suelo perder todas las noches
el despertador suena sin darme clemencia
ojos sonámbulos se levantan en el nuevo día
y una mano que extraña toca el hueco vació de la cama
donde alguien a mi lado se debería acostar
oídos huecos esperan un “ quédate un rato más”
pero silencio pesado es lo que obtienen para desayunar

no hay tiempo para esto me dice un cerebro precavido
ponte esta mañana la mejor superficialidad por máscara
me dice con todo el frío de su voz el maldito resabido
recojo con mesura los últimos trozos de murria
que han quedado por mis pensamientos esparcidos
pero como carbones encendidos queman
dejando agujeros difíciles de remendar
hasta que me quede confundido sobre lo que significa
felicidad.

Lo guardo todo en el armario de la inconciencia
bajo la llave de la insegura decencia
envuelto en el quebradizo aplomo disfrazado de cadenas
el hombre de hojalata ya no se oxida por lágrimas
ya no sigue el camino amarillo
ahora sigo... algo distinto.